La isla de Fuerteventura en las Islas Canarias, me ha dado la bienvenida con unas condiciones excepcionales de viento y olas. Con una oferta casi interminable de actividades al aire libre y atravesando una semana de parón de viento para la práctica del Kitesurf, tomé la decisión de empezar a aprender de una vez por todas uno de los deportes que tenía pendientes desde hace muchos años. El Surf, deporte practicado por millones de personas en el planeta durante cientos de años va a sumar un nuevo seguidor.

Aproveché la ocasión para sacar el drone e inmortalizar un entorno natural prácticamente único en el planeta. Fuerteventura reúne la belleza del desierto, los volcanes y el océano; mimetizándose con tal elegancia que cada uno de sus rincones sorprende por la simplicidad de su belleza.

Mi aventura con el surf apenas empieza, y con ello las agujetas, los dolores de espalda y en músculos que ni sabía que existían. Los bajones y subidones psicológicos aparecen más que en ningún otro deporte: mientras remas y remas para coger una ola que parece que nunca llega, que te coge en mal sitio o que te destruye y te hace derivar nuevamente a la orilla para empezar nuevamente el recorrido en busca de esa sensación de plenitud, adrenalina y superación.

Mi conclusión durante las dos primeras sesiones:

1. El surf es mucho mas complejo y cansado de lo que parece. A pesar de ser deportista, noto como a mi cuerpo le falta la energía, fuerza, rendimiento y técnica para desplazarme en el agua sin agotarme demasiado rápido. Especialmente la remada me destroza tanto física como psicológicamente.
2. No todas las olas son aptas para aprender. Una ola fácil haciendo kitesurf representa un mundo completamente diferente en el surf.
3. Paciencia, paciencia y paciencia… El surf es un deporte agotador, al menos cuando no se tiene técnica. En el kite se optimiza el tiempo el 100% de la navegada, en el surf puedes estar muchos minutos «esperando» la serie y luego no ser capaz de remarla o simplemente ser destruido por ellas para volver a empezar desde muchos metros atrás…
4.  Es un deporte con una carga psicológica muy fuerte; es como un rollercoaster de pensamientos de motivación y frustración que te van acompañando en cada segundo de tu experiencia en el agua.